quinta-feira, 16 de março de 2017

MÁS QUE UN PEDIDO II

Hay ganas que no me hacen sosegar;
Me dan de beber un vino cálido
Que hace mi cerebro desvariar;
El corazón, por su parte, se deja acelerar.
En desesperación, ellos se miran...
Y más que un precioso pedido,
El deseo a mi alma obliga
Someterme a sus designios:

El tesoro y su placer, que acepto con ahínco.

(Leandro Monteiro)

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